Siete homicidios fue la cifra en el primer día y medio del 2024. Vaya forma de comenzar el nuevo año, ¿será un augurio de lo que vendrá? Espero que no, pero las esperanzas se esfuman poco a poco mientras vemos un gobierno inactivo y secuestrado por el Partido Comunista y el Frente Amplio, que no hace más que tomar decisiones en base a la ideología traumatizada que, de seguro, no tiene asidero estos días.
El tema de la seguridad es difícil de abordar para el Ejecutivo, porque significa una profunda dualidad. Vemos una “inconsistencia gubernamental reiterada” que no es sostenible. Por un lado los discursos altisonante contra el crimen abundan: Que serán unos “perros” contra la delincuencia; que Carabineros de Chile cuenta con todo su apoyo; que perseguirán sin complejos a quienes atentan contra la vida de sus propios compatriotas; que la crítica que hacemos hacia el gobierno es un insulto a carabineros.
Todo eso queda solo en el discurso (como mucho de lo que hace el Ejecutivo) cuando, por el otro lado indulta a Luis Castillo, detenido hace tres semanas por secuestro, y a otros 11 personas que estaban presas por situaciones ocurridas en el estallido social de 2019.
Como si fuera poco, se le entrega pensión de gracia (sueldo de por vida pagado por todos los chilenos) a condenados por delitos contra Carabineros. Hasta el momento conocemos cinco casos, como el de Adán Castro Cifuentes, quien golpeó en la cabeza a un uniformado; o de Gabriel Allende Torres, quien lanzó una bomba molotov a un carro de la institución; o de Jonathan Parra Rebolledo, quien quemó una caseta de Carabineros.
Con estos antecedentes nada de lo que diga el Gobierno en materia de seguridad podría tener credibilidad en la ciudadanía, y menos cuando todos los días nos enteramos de nuevos homicidios ocurridos en plena vía pública y a la luz del día.
Hoy nuestras policías están preocupadas. Mientras les pedimos y exigimos que restablezcan el orden público y nos protejan, arriesgando sus vidas, luego son condenados o formalizados, como se quiere hacer con la máxima autoridad de la institución, el General Director, Ricardo Yáñez.
El respaldo debe ser sin titubeos, debe parecer y ser. No hay tiempo para dimes y diretes que en lo único que resultarán será en más compatriotas asesinados.